El lunes 9 de septiembre del 2013 se reanudaron las audiencias del
Juicio por delitos de lesa humanidad, que se está desarrollando en la
provincia, conocido como "Masacre Capilla del Rosario". Entre los
testigos que dieron su testimonio se encontraban el ex Gobernador de la provincia
Hugo Alberto Mott; Héctor Vázquez, médico oficial de la Policía provincial;
Julio Marcolli, abogado defensor de los detenidos del ERP; y Carlos Villegas,
un suboficial del Ejército en 1974.
“No eran presos míos”
La declaración del ex Gobernador fue un tanto confusa para el público
presente, principalmente por su forma de argumentar los hechos. Su testimonio
tuvo muchas contradicciones, y se desentendió de la responsabilidad de los fusilamientos
de Capilla del Rosario. Entre sus argumentos se destaca que él no estaba
presente en la provincia en momentos del hecho, encontrándose en Buenos Aires
junto con funcionarios nacionales. El ministro de Gobierno Toro fue el
encargado de informarle de lo sucedido. “No eran presos míos” argumentó, “era
el Ejército el encargado de actuar en este tipo de situaciones, por orden de un
acuerdo nacional establecido en la casa Rosada”.
Cuando el Dr. Díaz Martínez, abogado de la querella, preguntó si hizo
algo luego de la masacre, Mott dijo que trató de enviar a los detenidos del
E.R.P. a la provincia de Tucumán para que ellos se encarguen de juzgarlos.
Luego dijo que brindó toda la asistencia médica a los heridos de ambos bandos y
que del resto no podía hacerse cargo. También dijo que había mucha presión de
parte del Ejército de Córdoba sobre el castigo a los prisioneros del ERP,
intentando responsabilizar al Ejército por todos los hechos ocurridos.
El momento de mayor inconsistencia del testimonio
del ex gobernador, reflejado por risas en el público, fue cuando dijo que los
prisioneros “estaban en buen estado” en el momento en que se encontró con
ellos. Horas más tarde, expresos políticos desmintieron en distintos medios
digitales y redes sociales que alguna vez Mott haya ido a verlos.
¿Muerte por
"enfrentamiento"?
Posteriormente, la temática en la que se centraron los testimonios de
Vázquez y Marcolli fue la de definir si la causa de muerte de los miembros del
ERP fue producto de un enfrentamiento armado o por fusilamiento. Ambos revisaron
los cuerpos luego de los hechos. Vázquez lo hizo en la morgue y dijo que los
mismos presentaban heridas de bala de fuego en tórax, abdomen y cabeza. Sin
embargo no le consta que las heridas fueran producto de un enfrentamiento ni de
un fusilamiento.
Por su parte, Julio Marcolli estableció que, junto con otros abogados,
fueron al reconocimiento de los cadáveres en el cementerio, observando heridas
de bala de fuego en todo el cuerpo, pero uno solo presentaba heridas en la
parte trasera de su cuerpo. A él no le consta que haya habido manchas de
pólvora y plomo en los cuerpos, pero a otros abogados sí, posiblemente producto
de disparos a corta distancia. También relató que ese mismo día sufrieron
hostigamientos y amenazas por parte de la gente a cargo del Subteniente
Nakagama, para que no contaran nada de lo que habían visto y se marcharan inmediatamente
del lugar.