Hoy por la mañana
se retomaron las audiencias del Juicio por delitos de lesa humanidad conocido
como Masacre Capilla del Rosario. Frente al tribunal pasaron tres testigos,
todos ex miembros de la Policía de Catamarca: Miguel Ángel Ferreyra, Juan Carlos
Añauque y Pedro “Dante” Vega. El testimonio de este último ha sido
particularmente inquietante, paradójico. “Dante” ha alcanzado el mayor grado de
responsabilidad en la Policía provincial, siendo Jefe de la misma, aunque con
posterioridad a la Masacre de Capilla del Rosario. Así y todo, hemos escuchado
a “Dante” decir: “Aparentemente fue una
matanza. Por versiones posteriores que escuche, los muertos no tenían armas, y
con Fal del otro lado era previsible el resultado”. El cuadro se completa
cuando al finalizar su declaración, “Dante” abre la pequeña puertita del
estrado, sale, mira al abogado de la querella y levanta su pulgar acompañándolo
con un gesto amistoso en su rostro.
Testimonios
como estos, que por cierto no son tan excepcionales como podría suponerse, nos devuelven
a una realidad compleja donde las categorías dicotómicas que se nos ofrecen
desde el pensamiento hegemónico para pensar nuestra historia y nuestra
identidad, se revelan demasiado ingenuas, demasiado ridículas, obligándonos a
re-flexionar. Está claro que somos una sociedad afecta a las dicotomías a la
hora de pensar nuestros problemas: europeo/indio, civilizado/bárbaro, militante/militar…
Pero estas dicotomías niegan el conflicto real, fragmentándolo, partidizándolo
en bandos opuestos, y en definitiva, despolitizándolo. Pues las dicotomías niegan
las relaciones. Y así niegan la memoria.
Los juicios, al
escenificar una situación dicotómica casi de manual: de un lado querellantes,
del otro defensores; de un lado víctimas y del otro victimarios; por una parte inocentes
y por la otra culpables; son, por lo mismo, una oportunidad excepcional para
mirarnos al espejo y restituir relaciones con ese “otro” que se nos aparece
como reflejo, con incomodidad y todo. Relacionarse no quiere decir “hacerse
amigo” ni “reconciliarse”, quiere decir ubicarse uno mismo en-la-historia en relación
a otros. Relacionar quiere decir ganarle un poquito a los Dos Demonios… esos
que usan Fal.