lunes, 24 de junio de 2013

Esos que usan Fal

Algunas notas sobre la quinta audiencia del Juicio por la Masacre de Capilla del Rosario

Hoy por la mañana se retomaron las audiencias del Juicio por delitos de lesa humanidad conocido como Masacre Capilla del Rosario. Frente al tribunal pasaron tres testigos, todos ex miembros de la Policía de Catamarca: Miguel Ángel Ferreyra, Juan Carlos Añauque y Pedro “Dante” Vega. El testimonio de este último ha sido particularmente inquietante, paradójico. “Dante” ha alcanzado el mayor grado de responsabilidad en la Policía provincial, siendo Jefe de la misma, aunque con posterioridad a la Masacre de Capilla del Rosario. Así y todo, hemos escuchado a “Dante” decir: “Aparentemente fue una matanza. Por versiones posteriores que escuche, los muertos no tenían armas, y con Fal del otro lado era previsible el resultado”. El cuadro se completa cuando al finalizar su declaración, “Dante” abre la pequeña puertita del estrado, sale, mira al abogado de la querella y levanta su pulgar acompañándolo con un gesto amistoso en su rostro.
Testimonios como estos, que por cierto no son tan excepcionales como podría suponerse, nos devuelven a una realidad compleja donde las categorías dicotómicas que se nos ofrecen desde el pensamiento hegemónico para pensar nuestra historia y nuestra identidad, se revelan demasiado ingenuas, demasiado ridículas, obligándonos a re-flexionar. Está claro que somos una sociedad afecta a las dicotomías a la hora de pensar nuestros problemas: europeo/indio, civilizado/bárbaro, militante/militar… Pero estas dicotomías niegan el conflicto real, fragmentándolo, partidizándolo en bandos opuestos, y en definitiva, despolitizándolo. Pues las dicotomías niegan las relaciones. Y así niegan la memoria.
Los juicios, al escenificar una situación dicotómica casi de manual: de un lado querellantes, del otro defensores; de un lado víctimas y del otro victimarios; por una parte inocentes y por la otra culpables; son, por lo mismo, una oportunidad excepcional para mirarnos al espejo y restituir relaciones con ese “otro” que se nos aparece como reflejo, con incomodidad y todo. Relacionarse no quiere decir “hacerse amigo” ni “reconciliarse”, quiere decir ubicarse uno mismo en-la-historia en relación a otros. Relacionar quiere decir ganarle un poquito a los Dos Demonios… esos que usan Fal.

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